C. Plano segmental
3.4 La necesidad de enseñar la pronunciación por medio de la oralidad
La enseñanza de la pronunciación en la clase de una lengua extranjera muy a menudo se relaciona con la lectura, es decir, se percibe como una base escrita que debe ser leída. En consecuencia, la enseñanza de la pronunciación de los sonidos se convierte en la enseñanza de la pronunciación de las letras, sílabas, palabras u otros elementos escritos (Cantero-Serena, 1994: 249 en Villalobos Ulate, 2015: 133). Por otra parte, considerando que «la pronunciación es la materialización de la lengua, la práctica de las destrezas orales debería realizarse con un soporte exclusivamente oral» (Bartolí Rigol, 2005: 7). Los estudiantes de esta manera prestarán más atención a la forma fónica de los sonidos y no tanto a la ortografía. Además, las prácticas orales y auditivas ayudan a superar la enseñanza de la pronunciación en su sentido restringido, puesto que abarcan también los elementos suprasegmentales y prosódicos que son indispensables para poder comunicarse efectivamente (Villalobos Ulate, 2015: 133).
47 3.5 La pronunciación, la “cenicienta” de la enseñanza de las lenguas extranjeras La enseñanza de la pronunciación ha tenido diferente importancia a lo largo de los diferentes métodos y enfoques de la enseñanza de ELE, lo que resulta en «una presencia poco sistemática en la enseñanza del componente fonológico de los manuales» (Šifrar Kalan, 2017: 313).
Además, la pronunciación tiene una importancia marginal en la enseñanza de ELE, debido a los siguientes factores:
falta de conciencia de la importancia de la entonación de los diseñadores de los materiales didácticos y de los profesores,
falta de la posibilidad de estudiar el ámbito fónico y obtener el conocimiento de didáctica de la pronunciación del profesorado,
demasiado hincapié en los rasgos segmentales, sobre todo, en los fonemas y escasa atención a los rasgos suprasegmentales,
creencias de los profesores de que la entonación es un fenómeno complejo e imposible de enseñar,
creencias de que la entonación se percibe solo con el input de la lengua extranjera en la clase, sobre todo, al escucharla.
(Cortés Moreno, 2002a: 70 y Šifrar Kalan, 2017: 313) Respecto a la pronunciación, surgen otros factores o prejuicios que afectan a la enseñanza de la pronunciación, ya que modelan la actitud hacia la enseñanza de la pronunciación, tanto de los profesores como de los alumnos. Muchos profesores consideran el español una lengua fonética, dado que «es una lengua fácil de pronunciar, porque se escribe de manera similar a como se pronuncia» (Villaescusa Illán, 2009: 128). Estas observaciones ocasionan la falta de la enseñanza de la pronunciación o «una concepción de la fonética basada en la ortografía que, erróneamente, hace que las letras se conviertan en el referente de la pronunciación» (Ibíd.).
Por otra parte, existe también el prejuicio tanto en profesores como en alumnos de que la pronunciación es una materia muy aburrida de enseñar. Lo cierto es que a la hora de enseñar la pronunciación, los profesores lo llevan a cabo de manera aburrida, dedicando «el mayor tiempo al entrenamiento de la percepción de sonidos, palabras o frases de manera aislada, sin una base comunicativa» (Villaescusa Illán, 2009: 128), descuidando que «la pronunciación de cada palabra o sonido pierde su significado cuando se separa del discurso y que la precisión
48 fonológica cumple un papel crucial en cada enunciado, relevando su significado literal, pragmático e, incluso cultural» (Ibíd.: 129).
De ahí que exista una tendencia a enseñar la pronunciación en el sentido de la corrección fonético-fonológica, con el objetivo de evitar el así llamado acento extranjero o la ininteligibilidad del mensaje hablado (Mellado Prado, 2005: 2). Dentro del enfoque comunicativo, se presta más importancia a la inteligibilidad del mensaje hablado, ya que el objetivo del enfoque comunicativo es transmitir un mensaje, dejando de lado el interés por la forma fonético-fonológica, lo que ha ocasionado un descuido de este componente (Ibíd.). Sin embargo, estos dos objetivos de la enseñanza de la pronunciación no deben ser excluyentes, ya que enseñar la pronunciación con un objetivo lingüístico y comunicativo hace de la pronunciación un contenido atrayente, práctico y, además, supera los prejuicios existentes en cuanto a su enseñanza (Mellado Prado, 2005: 2; Villaescusa Illán, 2009: 128).
3.6 Conclusión
En este apartado se ha tratado la competencia fónica del aprendiente de una lengua extranjera. Esta comprende las destrezas, tanto receptivas como productivas, de los rasgos fonéticos y fonológicos de los sonidos de una lengua, llamados rasgos segmentales, y aspectos suprasegmentales del habla, como la acentuación de las palabras, ritmo, pausas y entonación (Plan Curricular del Instituto Cervantes, 2006:338, 339). Como la pronunciación influye en todas las destrezas que se desarrollan durante el proceso del aprendizaje de una LE, debería poseer un rol significativo ya desde el principio de la ELE (Llisteri, 2003: 92). La pronunciación se ha de enseñar en su sentido amplio, incluyendo los rasgos suprasegmentales, ya que enseñar solamente sonidos aislados puede resultar en la aparición de acento extranjero. De ahí que surja la necesidad de enseñar la pronunciación con un soporte exclusivamente oral, mediante el cual los alumnos prestarán más atención a la forma fónica de los sonidos y no tanto a la ortografía (Villalobos Ulate, 2015: 133). Se han expuesto algunos factores causantes de la ausencia de la enseñanza de la pronunciación, como la falta de conciencia de su importancia, la falta de la posibilidad de estudiar la pronunciación y asimismo algunas creencias, tanto del alumnado como del profesorado, de que la pronunciación es algo muy aburrido de enseñar (Cortés Moreno, 2002a: 70, Šifrar Kalan, 2017: 313, Villaescusa Illán, 2009: 128). Basándose en los argumentos mencionados, en la parte aplicativa se utilizará la música como herramienta para enseñar y mejorar la pronunciación, ya que la música funciona como elemento motivador y
49 además presenta un medio exclusivamente oral de la enseñanza de la pronunciación. Respecto a la pronunciación en la parte aplicativa se tratará de evitar los principales errores que normalmente surgen en el plano fónico de la enseñanza de ELE por parte de los hablantes eslovenos. En concreto, se tratará de evitar los errores fonéticos como la inconsciencia de la oposición entre la vibrante múltiple y la vibrante simple, ocasionando la desaparición de la distinción significativa entre los pares mínimos de tipo perro – pero o carro – caro. Asimismo, se tratará de obtener o mejorar la articulación de algunos sonidos que el sistema consonántico esloveno no conoce como /θ/, /ɲ/, /ʎ/ y /r/, los alófonos [b], [β] y la acentuación adecuada de las palabras agudas, llanas, esdrújulas y sobresdrújulas. En cuanto a los errores en el nivel prosódico, se enseñarán a través de la música los patrones entonativos de las frases afirmativas, negativas y exclamativas. Y, al final, se tratará de descartar los errores como la pronunciación inadecuada de los grafemas h, j, c y las combinaciones ortográficas de tipo gue, gui, que, qui, debidas a las reglas ortográficas eslovenas.
50 4. LA MÚSICA COMO HERRAMIENTA PARA ADQUIRIR Y